Según nuestra última encuesta (29 de mayo al 3 de junio), los hábitos de consumo de los ecuatorianos se han visto fuertemente afectados por la cuarentena. Nuestros datos indican que sólo el 13% de la fuerza laboral del país sigue yendo a trabajar con normalidad.
Según las cifras oficiales, desde que comenzó la cuarentena se han reportado 591.867 suspensiones laborales, de las cuales 159.926 se dieron en el pasado mes de mayo. Estas cifras no contemplan las personas que forman parte de la economía informal.
Nuestros datos muestran que el 37% de la población se habría quedado sin ingresos; a lo que habría que añadir otro 32% de la población que habría visto reducir sus ingresos.
La fuerte reducción de ingresos que ha sufrido la población, la inseguridad laboral, la incertidumbre respecto al futuro y el miedo han llevado a las personas a comprar de una forma diferente, pensando más en el precio y en el ahorro.
Así, el 32,4% de los ciudadanos han cambiado de marca para casi todos los productos de consumo priorizando el precio; el 15,6% en bastantes productos; el 26,6% en algunos productos y el 12% en casi ningún producto. El 13,4% restante declara que no ha realizado ninguna compra para su hogar desde que comenzó la cuarentena.
Estos datos nos indican que el 48%, casi la mitad de la población, ha modificado en gran medida los productos que compra priorizando el precio antes que la marca o la calidad.
Sin embargo, por ciudades sí podemos apreciar variaciones. Babahoyo, Santo Domingo y Cuenca son las que más han cambiado los productos que compran; mientras que Loja, Quevedo Riobamba las que menos lo han hecho. Entre ciudades cercanas como Quevedo y Babahoyo vemos grandes diferencias. En la primera, el cambio es del 41%, mientras que en la segunda es de casi el 57%.
Entre los aspectos sociodemográficos vemos que existe una diferencia mínima por sexos, pero sí por edades, en especial entre los que tienen de 35 a 64 años.
En cuanto a la situación laboral, las personas que han perdido el empleo desde que comenzó la cuarentena son los que más han cambiado de marca, más de 9 puntos por encima del promedio nacional, siendo junto con las personas divorciadas los grupos que más han preferido cambiar de productos con base en el precio.
Este cambio se ha presentado de manera transversal en todo el país, sin que apenas haya diferencia por región.
En términos generales, todos los productos se verán afectados en gran medida. El gasto que más prevé la gente que reducirá es el de ropa y zapatos y el que más se va a suprimir es el de viajes y turismo, lo que ahondará más las dificultades que el sector servicios está sufriendo desde que comenzó la crisis.
El 12,5% (de promedio) de la población suprimirá alguna de las diferentes partidas presupuestarias medidas; el 29,5% las reducirá; el 23,7% las mantendrá; y el 14,5% las incrementará. El 22,1% de promedio no tenía alguno de los gastos.
La partida de gasto que más se incrementará en las familias es el pago de las deudas. Recordemos que en la anterior medición, más de un 80% de la población indicó que no estaba pagando las deudas (moras o acuerdos con los bancos para pagar más adelante). Además, las fuertes reducciones de ingresos (despidos o recortes salariales) incrementó el uso de las tarjetas de crédito. Como veremos en el análisis de la siguiente pregunta, el 53% de las personas encuestadas afirma que a lo que más esfuerzo dedicarán una vez que pase la cuarentena será a pagar deudas.
La segunda partida presupuestaria que más se incrementará es la de salud (25,7%), seguido de víveres y productos para el hogar (25,6%). A mayor distancia se encuentra la tecnología, quizás por la falta de computadoras y tablets que dificultaron la educación online de los hijos (en encuestas anteriores, el 67% declaraba no tener suficientes).
En el otro lado de la balanza, el gasto que en mayor medida suprimirán los encuestados es el de viajes y turismo (24,3%), seguido de cerca por el gasto en restaurantes (23,5) y salir por las noches (22,8%). El sector servicios es el que más dificultades afrontarà. Además, el gasto en ropa y zapatos es el cuarto que más se suprimiría (20,4%).
Entre los gastos que se reducirán destaca ropa y zapatos (49,5%). Esta partida es la que más se verá afectada de todas. Entre las personas que la reducirán y las que la suprimirán se llega al 69,9% de la población.
La segunda partida que más se suprimirá es la de salir por las noches (28,7%), seguido de restaurantes (28,1%) y de viajes y turismo (24,9%).
En términos generales, los servicios serán los que recibirán un mayor impacto negativo. Muy pocos son los que consideran suprimir contratos de alquiler (probablemente serán los negocios a los que les ha ido mal durante la cuarentena). El gasto en salud mayoritariamente se mantendrá o se incrementará, al igual que el gasto en educación.
El fuerte impacto que ha tenido la cuarentena causada por el COVID-19 en las personas no sólo tiene implicaciones en el presente, sino también en el futuro. Previamente veíamos las personas están cambiando de marca por motivos económicos y que van a realizar fuertes reducciones o eliminaciones en sus presupuestos. Ahora vemos que la mayor parte de las personas (53,2%) destinará sus esfuerzos económicos a pagar deudas y a ahorrar (39,5%), ante la posibilidad de un nuevo rebrote.
Santo Domingo y Esmeraldas son las provincias que más esfuerzo harán en pagar las deudas, mientras que Bolívar y Napo son las que más buscarán ahorrar. Las personas que se han quedado sin empleo en este contexto son la que más necesitarán pagar deudas. Por edades, los mayores de 50 años son los que más se habrían endeudado.
En general son muy pocos los que tienen previstos entrar en gastos importantes como comprar una casa (2,4%) o un vehículo (0,3%). La gente todavía no considera retomar el ocio en sus vidas.
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Comunicaliza – Hábitos de consumo Junio 2020 (814 descargas )